miércoles, 8 de julio de 2009

POESÍA MASCULINA HISPANOAMERICANA I


TÁCTICA Y ESTRATEGIA
(Mario Benedetti. Uruguay)

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.




DECIR : HACER

(Octavio Paz. Mexicano)


Entre lo que veo y digo,

Entre lo que digo y callo,

Entre lo que callo y sueño,

Entre lo que sueño y olvido

La poesía.

Se desliza entre el sí y el no:

dice

lo que callo,

calla

lo que digo,

sueña

lo que olvido.

No es un decir:

es un hacer.

Es un hacer

que es un decir.

La poesía

se dice y se oye:

es real.

Y apenas digo

es real,

se disipa.

¿Así es más real?

Idea palpable,

palabra

impalpable:

la poesía

va y viene

entre lo que es

y lo que no es.
Teje reflejos
y los desteje.

La poesía

siembra ojos en las páginas

siembra palabras en los ojos.

Los ojos hablan

las palabras miran,

las miradas piensan.

Oír

los pensamientos,

ver

lo que decimos

tocar

el cuerpo

de la idea.

Los ojos

se cierran

Las palabras se abren.







¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?

(Ernesto Cardenal. Nicaragua)


Dios mío Dios mío ¿por qué me has abandonado?

Soy una caricatura de hombre

el desprecio del pueblo

Se burlan de mí en todos los periódicos

Me rodean los tanques blindados

estoy apuntado por las ametralladoras

y cercado de alambradas

las alambradas electrizadas

Todo el día me pasan lista

Me tatuaron un número

Me han fotografiado entre las alambradas

y se pueden contar como en una radiografía todos mis huesos

Me han quitado toda identificación

Me han llevado desnudo a la cámara de gas

y se repartieron mis ropas y mis zapatos

Grito pidiendo morfina y nadie me oye

grito con la camisa de fuerza

grito toda la noche en el asilo de enfermos mentales

en la sala de enfermos incurables

en el ala de enfermos contagiosos

en el asilo de ancianos

agonizo bañado de sudor en la clínica del psiquiatra

me ahogo en la cámara de oxígeno

lloro en la estación de policía

en el patio del presidio

en la cámara de torturas

en el orfelinato

estoy contaminado de radioactividad

y nadie se me acerca para no contagiarse

Pero yo podré hablar de ti a mis hermanos

Te ensalzaré en la reunión de nuestro pueblo

Resonarán mis himnos en medio de un gran pueblo

Los pobres tendrán un banquete

Nuestro pueblo celebrará una gran fiesta

El pueblo nuevo que va a nacer.










TENGO

(Nicolás Guillén. Cubano)

Cuando me veo y toco

yo, Juan sin Nada no más ayer,

y hoy Juan con Todo,

y hoy con todo,

vuelvo los ojos, miro,

me veo y toco

y me pregunto cómo ha podido ser.


Tengo, vamos a ver,

tengo el gusto de andar por mi país,

dueño de cuanto hay en él,

mirando bien de cerca lo que antes

no tuve ni podía tener.


Zafra puedo decir,

monte puedo decir,

ciudad puedo decir,

ejército decir,

ya míos para siempre y tuyos, nuestros,

y un ancho resplandor

de rayo, estrella, flor.


Tengo, vamos a ver,

tengo el gusto de ir

yo, campesino, obrero, gente simple,

tengo el gusto de ir

¡es un ejemplo!

a un banco y hablar con el administrador,

no en inglés,

no en señor,

sino decirle compañero como se dice en español.


Tengo, vamos a ver,

que siendo un negro

nadie me puede detener

a la puerta de un dancing o de un bar.

O bien en la carpeta de un hotel

gritarme que no hay pieza,

una mínima pieza y no una pieza colosal,

una pequeña pieza donde yo pueda descansar.


Tengo, vamos a ver,

que no hay guardia rural

que me agarre y me encierre en un cuartel,

ni me arranque y me arroje de mi tierra

al medio del camino real.


Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,

no country,

no jailáif,

no tennis y no yatch,

sino de playa en playa y ola en ola,

gigante azul abierto democrático:

en fin, el mar.


Tengo, vamos a ver,

que ya aprendí a leer,

a contar,

tengo que ya aprendí a escribir

y a pensar

y a reír.


Tengo que ya tengo

donde trabajar

y ganar

lo que me tengo que comer.


Tengo, vamos a ver,

tengo lo que tenía que tener.







POEMA XX

(Pablo Neruda. Chile)


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.


Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,

y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."


El viento de la noche gira en el cielo y canta.


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.


En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.


Ella me quiso, a veces yo también la quería.

¡Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos!


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.


Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.


¡Qué importa que mi amor no pudiera guardarla!

La noche está estrellada y ella no está conmigo.


Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.


Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.


La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.


Yo no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise...

Mi voz buscaba al viento para tocar su oído.


De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.


Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.


Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,

mi alma no se contenta con haberla perdido.


Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,

y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.






No hay comentarios: